martes, 22 de septiembre de 2009

BODAS DE PLATA

Hoy hace 25 años que nos casamos mi chico y yo;el balance es muy positivo,y espero que la vida continúe siendo igual de generosa con nosotros,por lo menos otros 25 años más.
He encontrado este artículo que me ha parecido que describe perfectamente cómo nos sentimos muchas de nosotras en algún momento de nuestra vida.

En un artículo publicado por una revista norteamericana, aparecen las reflexiones de una mujer, Leticia, que en vísperas de cumplir sus bodas de plata matrimoniales, y enfrascada en la prosaica tarea de arreglar una gaveta, encontró revueltas una serie de fotografías, recortes, flores, trabajos manuales, dibujos infantiles y tantas cosas heterogéneas que en ese largo período se acumulan en los hogares, pues siendo realmente inservibles, tienen un valor sentimental que no nos permite botarlas. Con el cansancio de la noche, después de un día normal de ajetreo y actividades, esta tarea manual llevó a esta mujer a analizar lo que habían sido para ella esos 25 años de vida conyugal, en que había visto crecer a sus hijos, madurar a su esposo, y en que a veces la había invadido el virus de la frustración, al preguntarse de qué le habían servido sus estudios, sus ambiciones, sus habilidades y cualidades personales si todos sus esfuerzos se habían consumido en el contenido, aparentemente intrascendente, de esta gaveta. Había sido madre, al dar a luz. Enfermera, médico y especialista, con las mil enfermedades y angustias de la infancia. Decoradora de interiores, en una casa que tenía que crecer y adaptarse de acuerdo a las necesidades de la familia. Árbitro en juegos de fútbol. Vendedora. Cocinera. Confidente comprensiva cuando el corazón de los hijos adolescentes comienza a sangrar con las primeras decepciones o a latir con alegría ante las primeras llamadas del amor. Hábil político y fino diplomático. Mediador. Consejera profesional, y tantas otras funciones realizadas con amor y dedicación, unas veces, con desaliento y desilusión otras...

Ha caído la noche. Leticia siente el silencio y su mirada se dirige hacia su casa, donde sus hijos han crecido. Donde ella y su esposo, con esfuerzo y sacrificios, los han visto crecer. Y siente, con enorme orgullo, que el éxito de cada hijo, su salud, sus ilusiones, sus alegrías, los méritos y reconocimientos que han recibido y obtenido, tienen mucho que ver con su presencia constante y silenciosa, en ese hogar. Pegando botones, preparando comidas, haciendo el ambiente sereno y agradable, a pesar de las estrecheces económicas, a pesar de los apuros, angustias y dificultades. Y experimenta una satisfacción que sólo pueden sentir los seres que han tenido la capacidad de dar y darse. De servir y desaparecer con elegancia de espíritu. Y de decirse, en lo más profundo de su corazón: "Todo esto ha sido posible, gracias a mí".

1 comentario:

  1. Todo esto me está haciendo reflexionar, sobre todo por que últimamente yo también me he preguntado de que había servido mi vida de abnegación, de cuidados a mi familia y sobre todo de renuncias.
    Renunciar a tu propios sueños, a tus ambiciones, renunciar incluso en alguna ocasión a la ilusión y a la alegría, me he sentido triste últimamente por que creer que mi vida se había perdido inútilmente, y como a esa mujer de pronto he mirado mi labor, el trabajo hecho, trabajo duro y constante sin desfallecer, creyendo en mis hijos incluso cuando ni ellos creían en sus propias fuerzas, siendo siempre la que anima a todos, la que en la sombra realiza el trabajo que aparentemente nadie valora.
    Y ¿sabes algo? No he podido cumplir algunos de mis sueños, no he podido ser siempre feliz, no han sido todos mis días, días alegres, pero a pesar de todo el balance es positivo, miro a mis hijos y me lleno de orgullo, veo en ellos mi obra y mi esfuerzo recompensado, les miro y comprendo que mi dedicación ha dado su fruto, y ahora que ya el trabajo está casi concluido miro a mi marido y últimamente he descubierto que ahora es cuando por primera vez en su vida está totalmente enamorado, juntos hemos encontrado el camino de regreso, de un regreso hacia delante que nos lanza unidos de la mano hacia un futuro juntos.
    Disfruta de tus bodas de plata, yo las cumplí hace ya 2 años y medio y piensa que a pesar de los tiempos difíciles ahora sabes como recuperar la paz.
    Un beso y enhorabuena.

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